Una transformación total. Así describe Andrés Cáceres los cambios que le han generado las máquinas de Maquiempanadas a su restaurante Cuquita, en Pensilvania, USA.

Colombiano, nacido en Tuluá y criado en La Paila (Valle del Cauca), es un embajador del sabor de las empanadas colombianas en el país norteamericano, a donde llegó en 1998 con su padre y trabajó en varios restaurantes de la ciudad antes de emprender.

En 2008 adquirió el restaurante y recuerda que cuando empezaron, se elaboraban las empanadas a mano, con ayuda de una tortillera y una pataconera.

“La persona encargada se demoraba ocho horas en la elaboración de entre 300 y 400 empanadas, hasta que le compramos la primera máquina a Maquiempanadas, en el 2010. Así empezamos a hacer cerca de mil empanadas semanales de pollo y mil de carne”

Reconoce que el cambio hacia la tecnología fue difícil, mientras aprendieron a manejar la máquina, pero está seguro de que ha sido la mejor decisión para su negocio, pues agiliza la producción de empanadas y facilita el trabajo.

Hace cerca de dos años adquirieron una nueva máquina para Cuquita, más moderna y que les permite realizar el proceso de elaboración de las empanadas en 45 minutos, máximo una hora. Gracias a la maquinaria, ahora se elaboran cerca de mil empanadas al día.

Perder el miedo para emprender

En la actualidad, Cuquita genera 7 empleos directos, pero en temporadas altas son 10 personas las que trabajan en el negocio. En una semana venden entre 4 mil y 5 mil empanadas de los tres tipos que elaboran: de carne, de pollo y de queso. “Estamos a la espera de un contrato que esperamos que sea muy bueno, para las bodegas de una empresa grande. Nos pidieron 3.500 empanadas para los dos turnos que tienen. Esas cosas nos impulsan mucho”, dice Andrés.

Cuquita es un restaurante tenemos espacio para 40 personas. Además de las empanadas,  ofrece un menú extenso que incluye bandeja paisa, carnes asadas, churrasco y comida de mar.

Aunque reconoce que es difícil emprender, sobre todo cuando el empresario es todero porque cocina, lleva domicilios y también hace las cuentas, asegura que es una decisión que le ha dado satisfacciones, pues aprende a diario. “No hay que tener miedo. Cuando empezamos sentimos eso, pero siempre se deben hacer las cosas de la mano de Dios y de la mejor manera posible. Siempre hay que mirar hacia adelante

Andrés Cáceres envía un mensaje para Maquiempanadas en sus 10 años de creación: “Para mí Maquiempanadas significa producción, tecnología y calidad”.